ABRE EL CORAZÓN
Actualizado: 2 jul

La simpleza de vivir no se halla en una vida simple y sin posesiones materiales; sino en la liviandad del corazón.
Un corazón liviano, vacío, es un corazón simple que abarca todo en unidad. Para que el corazón se abra primero has de vaciarlo de tus propios condicionamientos mentales, de tu ceguera espiritual y de tu sesgo hacia la mirada espiritual de otros.
Un corazón vacío está abierto a recibir, a llevarse de amor, a alimentarse de la Fuente de Creación para emanar a través de sí el amor incondicional, que no es otra cosa más que el respeto y aceptación por todas las formas de vida.
Vacía tu corazón de historias viejas y llénalo de paz. Para esto sólo necesitas un cambio de perspectiva hacia una comprensión mayor del conflicto y el dolor. Ambos son puentes para la expansión de la consciencia. Un conflicto te enfrenta a tus dos polaridades para que las integres en unidad y aprendas a ver los dos polos de una misma cosa. Un dolor, una incomodidad, es una fuerza de revisión invitándote a la introspección.
Pasado el conflicto y el dolor llegas a la integración de la sabiduría que trae consigo cada experiencia de vida. Al hacer este cambio de perspectiva vacías tu corazón, preparándolo para recibir el pulso universal: el amor.
Ahora, ábrete a recibir el amor universal. Abre tus manos y tus piernas. Disponte a recibir el flujo de amor.
El Cristo
01.07.2023